Del taca-taca-taca- ting - grrrack al bit

(Viene de Breve Historia de las Teclas de Escribir)

Hoy, en 2008, Lanata y Auster siguen fumando pero comenzaron a usar computadoras.

Aunque algunos hicieron su paso por las máquinas de escribir eléctricas, la forma de escribir cambió recientemente, con la informática. Escribir esta nota, modificarla, (demasiado) enviársela al editor y que llegue a imprenta o duerma el sueño virtual de internet es arte y magia de las pc.

Y ellas también tienen su historia, emparentada con la acumulación de la información.

Desde mediados de siglo pasado se vienen realizando experimentos para almacenar datos, en dispositivos como el selectron, que en 1946 acumulaba un total de 512 bytes. Diez años después IBM desarrolló los discos que almacenaban kilobytes, y en 1956 almacenó 5 megas en un cilindro enorme. Recién en 1980, IBM, construyó un disco duro capaz de albergar un gigabyte.

Mientras, a finales de esa década, llegaban a Córdoba las primeras computadoras personales. Éstas administraban la información, con un corazón de pulso binario, y un cerebro llamado microchip, desarrollados por Intel desde 1971. Éste reemplazaría, en menos de una pulgada, a salas llenas de válvulas. La primera computadora personal se llamó Kenbak-1 y sobre 1977 se comenzaron a fabricar las Commodore. Mientras algunas bibliotecas la integraban a su paisaje, en 1984, aparece la Macintosh, con memoria de 128KB, monitor, y mouse.

Pasaron varios años más hasta que desembarcaran en el puerto del Suquia las Commodore, Talent MSX, AMIGA, y Spectrum, que nos domesticaron vía juegos como el Wonderboy, Bomb Jack, o el Commando, grabados en casetes. Tenían todos sus componentes dentro del teclado y solían usar al televisor como monitor. La memoria, sobre todo con la manipulación de archivos conteniendo, no sólo texto, sino fotografías, y más adelante audio, demandó nuevos sistemas de guardado de la información. Mientras la pc evolucionaba, se achicaban y abarataban las formas de guardar información, nacían los flexibles de 5¼, los discos de 3½, los zips, los cds, y los dvds. Hoy la vida cabe en un pendrive.

Almacenamiento

La mínima unidad de almacenamiento en la teoría de la información es un bit, representa una opción por sí o no. En el sistema binario serán ceros y unos. Ocho bits son un Byte, la información de una letra. Con 10 B serán una o dos palabras. Con 100, una oración. Con 1000, un KiloByte, un párrafo. Esta nota “pesará” unos 10 KB o 20KB. Una novela larga pesará 1000 KB, o sea un MegaByte.

Una biblioteca doméstica tendrá 400, y una grande 1000 MB, llamado 1 GigaByte. Sumando 1000 GB será un TeraByte (tera, del griego monstruo) y un volumen similar al de una gran biblioteca pública. La Biblioteca del Congreso de EEUU (tal vez, la más grande) tiene uno o dos TBs. Un disco duro de dos TeraBytes cuesta poco más de mil dólares. Pero no termina aún: 1000 TB son un PetaByte. Para que nos hagamos una idea, hablamos de quince ceros de bytes.

Epílogo

Las máquinas de escribir dejaron de fabricarse, progresivamente, en los noventa, al mismo tiempo que las redacciones de los diarios y el estudio del escritor dejaron de levantar columnas de tipografías sonoras hacia el cielo literario, como la despedida con humo de un sioux abandonado. Hoy están extintas y las últimas gotas de tinta que nos llueven, de vez en cuando, son las lágrimas de unos artefactos sólidos, valientes y rudos que venían sin domar y cuya historia termina con este taca-taca-taca - -ting! final.-

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