Resaca Olímpica

(Publicado por La Voz del Interior, 27/08/2008)

Calentamiento

Este domingo, en mi barrio, un tipo le dijo a otro que era un boludo olímpico. El destinatario pasaba a ser un arquetipo en esta categoría, y como si fuera poco, lo sería cuatro años más. No estoy seguro que este giro idiomático naciera del espíritu olímpico que instalaran los griegos trece siglos antes de Cristo y que después sirviera de tregua, encuentro poético y fiesta mediterránea, durante más de mil años ininterrumpidos entre 776 a.C. y el año 393 d.C.

Primer Tiempo

Conociendo lo mismo que cualquiera sobre la obsesión olímpica que acaba de abandonar el ánimo ciudadano como si hubiéramos sufrido una fiebre gripal (intensa, angustiante, de noches breves y horarios insólitos frente al televisor) queda una resaca que invita a reflexionar sobre esta costumbre mundial y el lugar que Pekín 2008 ocupará.

El barón de Coubertin fue el impulsor del comité olímpico que desde 1896 organiza los JJOO como un “acontecimiento de hermanamiento, solidaridad y amistad entre los países del mundo”. Este espacio para la confraternidad es también la vitrina de los logros humanos, cada vez más salpicados de ciencia y, por qué no, ciencia ficción, de esfuerzo arduo, de individualidad o trabajo en equipo. La superación y tantos otros altos sustantivos, que parecieran venir naturalmente musicalizados por Vangelis en la película “Carrozas de fuego”, son frecuentes para la cumbre tetra-anual del deporte.

Muchas de las ediciones de “Los Juegos” han quedado signadas por un acontecimiento o momento histórico: Los primeros fueron ATENAS 1896 y eso los catapulta al recuerdo. Luego están BERLIN 1936. Perfectos y super-organizados, con Hitler estrenando traje y Alemania proyectándose, fueron las olimpíadas de Jesse Owens y el racismo. Leni Riefenstahl se encargaría de filmar el triunfo negro de Owens, un botones que a su regreso seguiría sufriendo la discriminación de Roosevelt.

De vuelta en Alemania, MUNICH 1972, fueron “los juegos del terrorismo”. En MOSCÚ 1980, la guerra fría se metió en la pista y varios países no participaron. BARCELONA 1992, fue su propia olimpíada. Sólo se habló de Barcelona. En segundo lugar quedaría la integración de Sudáfrica y la presentación de la antigua URSS como Repúblicas ex-soviéticas. ATLANTA 1996 es considerada el gran fracaso por la inseguridad, el colapso y la desorganización. Hasta la mascota de esa sede (ciudad natal de la Coca Cola) es deplorada. Con Sydney 2000 se consiguió revertir el estigma de ´96 y se pudo percibir el comienzo de una nueva arquitectura: la espectacularidad de las mega-estructuras.

Segundo tiempo

Una forma de comenzar a entender qué lugar ocupará Pekín 2008 en la historia de la humanidad es recurrir a los sabios de esta ciudad.

Almozar con el Escribano Héctor Panzeri, una eminencia de la gestión deportiva que preside el Club Universitario desde hace décadas, impone tanto respeto que a uno le dan ganas de comer de pie. El volumen del televisor no consigue disuadirme de abordar el tema olimpíadas. ¿Qué significan estas olimpíadas, entre tantas ya pasadas? Panzeri (92) debe ser el único hombre de Córdoba City que recuerda las olimpíadas de París 1924, de las que tenía noticias junto a su padre gracias al telégrafo de la estación de trenes de su pueblo, pues en su casa todavía no había radio. Como si se tratara de wikipedia, comenta los detalles y recuerda al boxeador (que luego fuera actor y amante de Eva Perón) Pedro Quartucci, quien volvió con una medalla en el cogote. La reunión termina con aportes para las hipótesis expuestas a continuación.

Medallero o podio de hipótesis

Una hipótesis es que son las olimpíadas de la China y su pueblo. Lo remoto (¡es la China, Dios mío!) dice permiso y estos Juegos son un saludo de bienvenida para 1300 millones de chinos que entran en bicicleta a la aldea global.

Cuando le propuse esta nota a Mareco, hace unos días, pensaba que eran las olimpíadas de lo “Made in China”, de la tecnología. Suponía, y queda en actas como segunda hipótesis con medalla de plata, que estos juegos eran la apoteosis de la sofisticación en materia de máquinas. Póngale pilas, aprete on y sea feliz.

La tercera hipótesis, tal vez con medalla dorada, sobre el sentido que la historia le dará a estos juegos, es más abstracta. La encontré después de ver muchas veces la ceremonia de comienzo y cierre. Estos actos no hicieron otra cosa que volver todo al pasado griego donde estética y deporte eran algo más o menos unido y confuso. Estas son las olimpíadas de la belleza. De una expectación -y espectación- de lo exquisito.

Siéntese y mire qué hermoso todo, parece decir el televisor. Suba el volumen hasta 50 y piérdase en esta celebración de una beldad atemporal. Descubra cómo los chinos siguen siendo alquimistas de la magia y la ciencia, abriendo su pupila a la alta definición. No se mueva de su pantalla. Véalo a la distancia, con mayor precisión que desde la cercanía. El cuerpo, el movimiento, la civilización, la cultura. Todo ilusorio, tal vez falso o en playback, pero poéticamente presentado por el ojo panóptico de la cámara.

Arthur Danto dice que la necesidad de belleza está arraigada en lo humano, porque es la única cualidad que también es un valor, como la verdad y la bondad. Danto dice que la belleza nos permite vivir, y vivir plenamente humanos. Olímpicamente humano diría este filósofo, si viviera en mi barrio.-

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