La Música: un cuestión de fe y descargas

(publicado por La Voz del Interior , el Domingo 31/08/2008 en la sección dominical Temas)

John Lennon es un considerado un Dios porque su música se descarga derecho al corazón. John preside lo más parecido a una religión que no exige abstenerse de pecar.
Coltraine, Mozart, Yupanqui, Dylan, Armstrong, Bjork, Beethoven, Rodrigo, Madonna, o Gardel, son otras divinidades que residen en ese olimpo personal, en ese ámbito afectivo que es lo más sagrado para un melómano creyente. Pero en la religión musical, culto fundado antes que cualquier otro, allá cuando el hombre comenzó a expresarse, los sistemas para escuchar las divinidades han cambiado radicalmente en el siglo XX.
Me explico: en la peregrinación sagrada de Woodstock los vinilos venían a ser el mayor recurso de evagelización. Poco después, cuando el autor de esta nota accedía a la categoría de monaguillo, los ochenta hacían que la palabra de los dioses resonara en un walkman, y ciertos monjes de una inquisición purista perseguían a quienes elevaban su fe mediante un casete guardado en el bolsillo trasero del vaquero.
Esta es la historia de otra especie en extinción, es el derrotero de los reproductores de música y de quienes aún creemos en ellos.

(Continua en El sonido de la intimidad )

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