Un futuro más grande que el pasado

Publicado por la sección de opinión de La Voz del Interior, lunes 10 de abril de 2017

Con motivo de la realización del Congreso de la Lengua Española, la más grande fiesta del conocimiento para los hispanohablantes, un grupo de autoridades del Instituto Cervantes y la Real Academia Española recorrieron Córdoba durante una semana. Buscaban certezas sobre la viabilidad de un acontecimiento que supone una suerte de milagro ateo para una ciudad. Los siete congresos anteriores han cambiado la vida de las urbes que les recibieron y, aunque quedan dos años de gestiones, debemos concientizarnos inmediatamente de la enorme proyección internacional que supone. La inspección dejó un primer conjunto de apuntes que vale la pena documentar y hacer públicos, para -además de la alegría por la certeza de su concreción- evitar dejar flotando algo similar a la estela del perfume de una mujer hermosa que camina por la Obispo Trejo pero se va sin hablarnos.

Un Congreso impulsado por ministerios nacionales y provinciales, por instituciones españolas y la academia argentina, por la universidad y la municipalidad, en rigor, ha de combinar el esfuerzo de los tres gobiernos de forma integral y solidaria. Y eso, en una Argentina cuyos estados han conjugado los verbos, históricamente en primera persona -y contra el resto-, será un primer desafío enorme. Pero vivimos un tiempo nuevo, con ánimo optimista, lo que nos anima a pensar que en la lengua cabemos todos. 

Este tipo de acontecimientos han dejado de ser una actividad de ámbitos cerrados y lejanos para pasar a ocupar un lugar en el corazón mismo de las ciudades. Y sus debates también. Los catedráticos irán a tomar café al Sorocabana, y más de un local intentará convencer a Vargas Llosa de probar un Fernet con Coca. Nos conocerán tal cual somos. 

De la misma manera que el uso del idioma, los congresos zarparon desde la actividad académica, con rumbo a las prácticas populares, pero con un ánimo inverso a la invasión de América: quieren hablar, entender, aprender y no imponer. Ya lo dijeron los propios referentes cuando propusieron “un congreso que llegue a la calle y se vuelva con un pedazo de Córdoba”. 

Con un lema pendiente de ser aprobado por todas las academias de cada país, es evidente que los debates rondarán la educación, pero sobre todo las nuevas formas de leer y escribir mediadas por internet, la realidad aumentada, los teléfonos, el 2.0, la Big Data, y todas las transformaciones que dejaron de ser crisálidas para transformarse en mariposas y palabras revoloteando. 
Por afinidad con el Ministro Santos, con el Gobernador Schiaretti, y especialmente con el Intendente Mestre, su política cultural, y la ciudad en su complejidad (con sus cines, sus calles y sus bares…) Daniel Salzano será un ángel protector del Encuentro. Tal vez a la altura de la épica intervención de Fontanarrosa en el Congreso de Rosario, en 2004 jugando de local con su oda a las malas palabras. 

Argentina, y Córdoba en particular, están profundamente atravesadas por unos campos magnéticos con polaridad supuestamente opuesta. Están los que usan varios apellidos, y se sienten dueños de “lo culto”. Y están los otros, los olvidados que reinventan el humor, crean piropos y usan la lengua de forma transgresora. Un Congreso de la Lengua puede setear los polos, reunir las diferencias y generar un ánimo re-fundacional para Córdoba.

Ofrezco tres ejemplos para ilustrar lo antes dicho: 1. La mamá de José Luis Moure, presidente de la Academia Argentina de Letras (una eminencia y pieza clave en este encuentro) era analfabeta. Sí, el doctor en filosofía y letras, profesor universitario por todo lo alto y ancho, proviene de una familia de inmigrantes gallegos que trabajaron duro y empezaron de cero. Primer conclusión, existen muchas conexiones entre el corazón y el intelecto en una cultura. 2. Los colegios públicos provinciales y municipales -en acuerdo- emprenderán un programa rumbo al 2019 y uno de sus ejes será “de juglares a booktubers”. Por si no se sabía, y como nos recordaron esta semana, congreso etimológicamente evoluciona de con-gressus siendo con juntos y gressus dar pasos, avanzar. Juntos vamos adelante. 3. Córdoba es sinónimo de juventud, y este evento futuro viene a reafirmarlo según el aforismo que dice “una persona es joven mientras su historia pese menos que su futuro”. 


Información de interés 

CILE Congreso Internacional de la Lengua Española es un acontecimiento extraordinario, de carácter trienal que reúnen a los más grandes expertos en el Español para debatir el presente y futuro de la Lengua, sus encrucijadas y oportunidades. Grandes debates, como la necesidad de la ortografía, o la dominación hacia otras lenguas marcan este acontecimiento que rige el idioma de 548 millones de personas en 20 países, siendo la segunda lengua más hablada del planeta.

El Primer CILE fue en 1997, en Zacatecas, México y su lema fue "La lengua y los medios de comunicación"
II CILE, 2001. Valladolid, España "El español en la sociedad de la información"
III CILE, 2004. Rosario, Argentina "Identidad lingüística y globalización"
IV CILE, 2007. Cartagena de Indias, Colombia "Presente y futuro de la lengua española. Unidad en la diversidad"
V CILE, 2010. Valparaíso, Chile. Relocalizado por terremoto, se realizó de manera virtual. "América en la lengua española" 
VI CILE, 2013, Panamá City, Panama "El español en el libro"
VII CILE, 2016, San Juan, Puerto Rico. "Lengua española y creatividad"

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