Las penas y las vaquitas de Yupanqui ahora son de todos

Publicado por La Voz del Interior, Sección opinión, Domingo 21 de Enero

En el marco de la realización del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, que tendrá a la ciudad de Córdoba como anfitriona en marzo de 2019, este viernes 19 de enero la Fundación Atahualpa Yupanqui donó un legado con obra del músico para las generaciones futuras. Se trata de una práctica poco conocida en esta parte del mundo que consiste en depositar material de un autor considerado universal en “La Caja de las Letras” -una suerte de bóveda atemporal- que posee la sede del Instituto Cervantes en Madrid. A título de ejemplo, el gran Francisco Ayala dejó sus trabajos depositados en la caja con el número 1032 y el pedido que se den a conocer en 2057. Antoni Tàpies hizo lo propio con la indicación de que su legado se divulgue en 2032, así como la consignación de Elena Poniatowska quedará disponible en 2024, un caso que se añejará menos.

El grupo de artistas considerados trascendentales es reducido, al punto que contando con el aporte yupanquiano, Argentina sólo tiene tres representantes en esta suerte de tesoro hispánico de la humanidad: junto a esta incorporación están el fotógrafo Mario Muchnik y Juan Gelman cuyo legado descansa en la caja 1028 y podrá conocerse en 2050. 

El acto de incorporación, que contó con la presencia de diversas autoridades de distintos ámbitos, como el Ministerio de Turismo, el gobierno de la Provincia de Córdoba, la Universidad Nacional de Córdoba, el Instituto Cervantes y la Real Academia Española alcanzó el momento de mayor intensidad cuando Roberto Chavero, hijo del Maestro y Presidente de la Fundación, interpretó canciones de su padre. 

El carácter universal de la obra de Yupanqui, así como su camino internacional -desde su triunfo en Europa hasta su meteórico paso por Japón- nunca distanciaron al corazón del poeta de su tierra. Inclusive en años que fuera perseguido políticamente debido a su compromiso social, el hombre de todas las latitudes siguió caminando su patria, y por ello fue víctima de la violencia policial: no sólo le persiguieron sino que le quebraron su mano derecha para que no volviera a tocar. Debemos reconocer que la ignorancia fue, en este caso, un milagro en tanto el payador perseguido era zurdo.

Hombre de muchos caminos y conversaciones, fue un actor potente en el pensamiento de su tiempo, y sólo a manera de ejemplo en este año de celebración del centenario de la Reforma Universitaria, podemos destacar -entre muchas amistades- su vínculo con Deodoro Roca. 




Pero este momento histórico, que pareciera quedarnos lejos, en rigor tuvo a la Comisión organizadora del Congreso como órgano de decisión y a la Municipalidad de Córdoba como impulsora. En tanto el Intendente Ramón Javier Mestre firmó un convenio con la Fundación para motorizar el legado en la Caja de las Letras así como para celebrar con toda la pompa el 110 aniversario de Don Atahualpa. En este sentido, el 31 de enero en el Cabildo de Córdoba se realizarán actividades artísticas, y se exhibirán documentales, una exposición y un escenario vivo.

También este acuerdo supone la incorporación del libro digital “El indiecito dormido” al material de estudio de las Escuelas Municipales, una importante presencia en el Domo Digital de la Feria del Libro y el Conocimiento 2018 y un puente de cooperación entre la Municipalidad de Córdoba y la de Cerro Colorado -allí donde vivió el poeta- que también celebrará lo propio.
Dueño de un silencio que encandilaba, de una poética que revolucionaba, Don Ata escribió Las penas son de nosotros / Las vaquitas son ajenas… quién diría que hoy, en el país de los toros, las alegrías son de nosotros.-

Comentarios